En la Universidad Complutense de Madrid (UCM) tomaron la iniciativa un grupo de varias docenas de estudiantes, que plantaron sus casas de campaña, sus bolsas de dormir y sus enseres básicos para acampar de forma indefinida en uno de los grandes jardines del campus, a un costado de la Facultad de Filosofía y Letras. Ahí pasaron la primera noche, con sus fogatas improvisadas, escuchando canciones de protesta, pero sobre todo interesándose por el devenir del conflicto bélico en Palestina, donde se calcula que ya ha provocado cerca de 30 mil víctimas civiles en la Franja de Gaza, muchos de ellos niños indefensos.

En realidad la universidad madrileña fue una de las últimas en sumarse a la protesta internacional en España, ya que antes lo hizo la Universidad de Valencia, que fue la primera de decidió dar el paso y expresar en las calles su malestar por la guerra, pero sobre todo por la pasividad de la comunidad internacional y de la Unión Europea (UE). De hecho iniciaron la acampada el pasado 29 de abril un grupo reducido de unos 25 estudiantes, que poco a poco se ha ido extendiendo a más alumnos, pero sobre todo a más universidades españolas, como las de Barcelona, Sevilla, Alicante, Madrid, Bilbao, Zaragoza o Granada, entre otras.

Uno de los voceros de la Red Universitaria por Palestina es el profesor de sociología de la Universidad de Zaragoza, Daniel Jiménez, quien explicó que “lo que constituye esta iniciativa es la reivindicación de cinco puntos al respecto del cumplimiento de las organizaciones internacionales. El derecho internacional impone a cualquier estado que suscriba su orden jurídico ante un genocidio como este y se debe romper relaciones con el estado que lo practica, en este caso Israel. No queda un solo ladrillo de la universidad de Gaza. Más allá de la cuestión académica, es parte de, tal y como señala la ONU, de la precipitación de 76 años de ocupación colonial. Concluye en su último informe es que una ocupación de un asentamiento lleva inherente la lógica del genocidio en último término”.

Jiménez justificó las acampadas de alumnos en España porque “las universidades son instituciones públicas y, por lo tanto, forman parte de la ruptura de relaciones con el Estado que comete un genocidio, como indica el derecho internacional. Yo soy profesor de una universidad pública en España”

En la Universidad del País Vasco se aprobó una declaración por representantes de alumnos y profesores que insta al Estado español a “romper relaciones con universidades y entidades israelíes que expresamente no muestren su rechazo a los crímenes contra la Humanidad que se están produciendo en Palestina. Se concreta básicamente en que no vamos a realizar ningún tipo de relación comercial o de tipo universitario académico con entidades israelíes que no manifiesten claramente que están en contra de lo que está pasando en Palestina”.

En la UCM, la plataforma estudiantil Contracorriente Madrid explicó que su objetivo es que “acampar lo que haga falta para exigir al gobierno español que rompa relaciones con el Estado de Israel”, que es, finalmente, el objetivo más reclamada en el conjunto de las acampadas universitarias en territorio español.